Nuestra Historia

La historia del Colegio Melipilla es mucho más que la narración de una institución: es el testimonio vivo de una vocación que transformó la vida de miles de familias. Su origen se remonta a 1980, cuando doña Norma María Bustos Cuéllar —“la señora Maruja”—, dio forma a un sueño: levantar en Melipilla un colegio cimentado en la Pedagogía del Amor. Aquel año, con tan solo 70 estudiantes y un puñado de educadores, abrió sus puertas una escuela distinta, donde el cariño, la disciplina y los valores eran tan importantes como el saber.

En 1985, un terremoto destruyó el colegio. Pero entre los escombros, la señora Maruja encontró una imagen del Sagrado Corazón que brillaba intacta. Fue una señal. Aún sin muros, comenzó a matricular nuevamente. Fue entonces cuando se sumó don Eduardo Mallea Llanos, y junto a ella, dieron forma a un colegio que no solo resistió la adversidad: la venció con altura. Con don Eduardo llegaron la cultura, el deporte, los viajes, el pensamiento crítico, y una visión educativa profunda, exigente, luminosa y alegre.

Bajo el Patrocinio del Espíritu Santo y la Pedagogía del amor, el colegio se convirtió en un puente hacia el mundo. Recibió artistas, científicos, embajadores y autoridades, enriqueciendo el espíritu de sus alumnos y ampliando su mirada con experiencias transformadoras. Tocaron junto a la Orquesta Sinfónica de Chile, compartieron con Premios Nacionales.

En 1997, sin más patrimonio que una antigua casa de adobe y la confianza de la comunidad, los fundadores construyeron el nuevo edificio del colegio, inaugurado con la presencia del Presidente de la República y bendecido por Monseñor Pablo Lizama. En el corazón del Colegio, el Oratorio que guarda las reliquias de San Alberto Hurtado y Santa Teresa de Los Andes, memoria viva de nuestra consagración al Espíritu Santo, nuestro patrono y fundamento de nuestro Proyecto Educativo.

En 2002, durante un viaje a un torneo internacional de mini básquetbol en Rosario, Argentina, tres alumnos Katy, Tamara y Germán partieron a la Casa del Padre en un trágico accidente. Desde entonces, su memoria ilumina cada rincón del Colegio

Hoy, con más de 1.700 estudiantes y un equipo de más de 115 profesionales, el Colegio Melipilla es una institución consolidada, moderna y reconocida, fiel a sus orígenes y abierta al futuro. En 2023, abrazamos con decisión la gratuidad, convencidos de que la educación de calidad no puede ser un privilegio, sino un derecho al servicio del bien común. Seguimos creyendo que educar no es solo enseñar, sino formar personas libres, buenas y sabias. Y que cada jornada en el colegio no comienza con una campana, sino con una certeza: vale la pena abrirlo cada día, porque aquí se educa con la pedagogía del amor.